La corta distancia entre el valle del río Miño, en Monção o Melgaço, y el Parque Nacional de Peneda-Gerês se compensa con la inolvidable belleza del paisaje a lo largo del camino. Durante el trayecto, es imprescindible hacer una parada para contemplar los pueblos del Valle del Mouro; sería imperdonable no hacerlo.

La entrada al Parque Nacional se encuentra en Lamas de Mouro, una de las puertas oficiales, donde la majestuosidad de la naturaleza inspira serenidad y tranquilidad. A continuación, nos dirigimos a las brandas de Aveleira y Santo António, construcciones rústicas ancestrales que nos transportan a una época en la que la trashumancia estructuraba la vida de estos lugares. El trayecto hasta allí es sencillamente impresionante.

De regreso por el mismo camino, llegamos a Castro Laboreiro, antigua villa fronteriza impregnada de historia y tradiciones únicas. Aquí se recomienda hacer una parada para almorzar, ya sea en un restaurante local o en un pícnic al aire libre.

Después de comer, contempla la imponencia de las montañas esculpidas por el tiempo y explora los lugares más significativos de la región, descubriendo curiosidades y tradiciones locales. A continuación, nos dirigiremos al Santuario de Nuestra Señora de la Peneda, erigido en un entorno que eleva el espíritu. Finalmente, regresaremos al punto de partida, absorbiendo los colores y matices del paisaje bajo la suave luz del atardecer.